lunes, 4 de noviembre de 2013

MUSE

MUSE: La crónica de un concierto.
Una de las bandas de rock más importantes de los últimos tiempos llega a tierras mexicanas.
Finalmente, llegó el día, el gran día en el que todos los fanáticos jaliscienses de MUSE disfrutarán de una velada con sus músicos favoritos.
Esta crónica inicia conmigo, dispuesto a partir a lo que yo sabía que sería una jornada bastante pesada. Partí de mi universidad, el ITESO; rumbo a casa del amigo con el que me iría, por cuestiones prácticas, claro está. Nos vimos en casa de este amigo, y partimos, dispuestos a aguantarlo todo. Nos detuvimos en un Oxxo para abastecernos de provisiones, pero lo único que hicimos, realmente, fue comprar un par de cervezas y frituras para llevar a cabo el clásico brindis, este evento vendrá a atormentarnos más tarde, como sería lógico.
Llegamos a la llamada Arena VFG, lugar donde sería el evento, y nos dispusimos a hacer fila para eventualmente, poder entrar al lugar.
Ya estando dentro de este lugar, nos encaminamos a la interminable fila que le precedía a la entrada al establecimiento. Nosotros nos sorprendimos un poco, ya que llegamos relativamente temprano (1 pm), y teníamos contemplado que no habría mucha gente, pero de igual forma, al percatarnos de nuestro error, nos dispusimos a hacer fila, una de las cosas más horribles a las que se puede someter al hombre.
Es en esta parte de la historia cuando la fracasada parada técnica en el Oxxo vino a atormentarnos. Vimos que la mayoría de la gente se había abastecido de víveres esenciales, como agua, comida duradera, etc. Fue entonces cuando llamamos a un amigo que llegaría tiempo después, para que nos trajera alimentos y bebida. Pasaron las horas en el sol, y finalmente, llegó nuestro mesías salvador, nos alimentó, bebimos agua, y revivimos.
Luego de frustraciones, insultos de mi hacía el pópulo, quejas acerca de la falta de cultura del mexicano referentes a que este no sabe ni siquiera hacer fila de manera ordenada (y otros sucesos con poca relevancia), nos dejaron entrar al lugar.
Entramos aproximadamente a las 6 pm, y al estar en la zona que estaba al pie del escenario, pues naturalmente nos correspondía estar parados otro par de horas más. Esto probó ser un reto, ya que la gente estaba amontonada y empujando, esto para estar aproximadamente 2 cm más cerca de la banda, cosa que a ellos les parecía sumamente importante, y los hacía olvidar que el espacio personal nunca está de más, y que no son primates encerrados en una jaula.
Entre gente sudorosa, fanáticas de 14 años con afición hacía las películas de Crepúsculo y una señora cuarentona (y bastante molesta) que parecía un poco perdida, nos encontrábamos nosotros, amontonados, empapados en sudor, y con ganas de bañarnos con una pipa del municipio de Tlajomulco. Persistimos por esas 2 horas, y la banda que le abriría a MUSE; The Ruse, tomó el escenario.
Esta era una banda nada original, con un par de músicos competentes, pero trajo consigo un bienvenido ánimo que hizo que la gente se olvidara de la sudorosa situación en la que se encontraba.
Después de su set de 35 minutos y un par de comentarios lambiscones por parte de The Ruse, se volvieron a prender las luces, y la gente comenzó a empujar y a amontonarse más que nunca, porque sabían que se acercaba el momento que todos esperaban.
A esto le siguieron aproximadamente 30 minutos de distribuir codazos, luchar por un poco de aire, entre otras cosas. Se apagaron las luces, y la gente comenzó a gritar de manera descabellada (yo me incluyo entre esas personas que gritaron de manera descomunal), y bajó la característica pirámide de luces que MUSE ha usado como espectáculo visual en esta reciente gira de su álbum The 2nd Law.
Se escuchó una canción introductoria llamada Isolated System, acompañada con impresionantes visuales, y luego de esto, la música se detuvo, y se volvieron a apagar las luces; aquí es donde realmente, todo comenzó.
Se escuchó el riff inicial de una de las nuevas canciones de la banda, la llamada Supremacy, y todos perdieron la cordura. La pirámide se levantó, revelando a la banda, y la gente procedió a brincar, gritar, y corear las canciones. A esto le procedió un espectacular setlist repleto de hits previos de la banda, canciones como Hysteria, Knights Of Cydonia, Supermassive Black Hole, Plug In Baby, etc, hicieron que todos brincaran y cantaran a la par del virtuoso vocalista-guitarrista Matthew Bellamy, el hombre de la noche. Esto no lo digo por desmeritar a los otros 2 integrantes de la banda, los cuales tuvieron una actuación estelar y precisa (el bajista Chris Wolstenholme y el baterista Dominic Howard), lo digo porque Matthew contagiaba a la gente con su energía y vitalidad (y con su mediocre español).
En un momento de la noche, llegó una de mis canciones favoritas, Unnatural Selection; y pues para resumir esto, perdí la cabeza. Canté y grite  hasta perder la voz y generarme un molesto dolor de cabeza, pero lo disfruté como niño en navidad.  Llegamos a la emotiva Starlight, que nos dijo, en cierta forma, que el fin se acercaba. Coreé la canción junto a mis amigos (3 de los cuáles son de las personas que más estimo), y nos dejamos llevar por la música. El concierto cerró con Survival, una canción que muchos aman, y otros odian (es la canción de las olimpiadas del año pasado) y luego de casi 2 minutos de aplausos y gritos, la banda se despidió calurosamente, y con gratitud, de la gente de Guadalajara.
De esta forma dio fin esta pesada jornada para ver a mi banda favorita, con una ola de aplausos, y con comentarios que hacían alusión a lo grandes que son los integrantes de la banda. No me cansé de elogiar las actuaciones de estos hombres luego de que el concierto terminó (mis amigos tampoco), y hablé y hablé de mi momento favorito.


Esta noche se nos demostró sin duda alguna, que el rock está sano y salvo, y que hay bandas como MUSE que están dispuestas a seguir con esta tradición de hacer música y de innovar en el proceso, mediante una actuación sublime, llena de vitalidad.

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